Carlo Vinicio Caballero Uribe.

Presidente PANLAR
El reto de PANLAR es convertirse en el principal proveedor de educación y ciencia, de estándares de práctica y referentes de reumatología de Latinoamérica para el año 2022. Este reto lo comparten, de cierta forma, cada una de las 21 sociedades científicas que nos acompañan. En esta nota quisiera reflexionar sobre la Educación Médica Continua (EMC), una actividad central para PANLAR y sus sociedades.
 
 
La EMC que hemos recibido por largo tiempo proviene principalmente de los eventos médicos de actualización. En nuestro continente es muy popular asistir a congresos como el del American College of Rheumatology, de la EULAR, así como a los congresos nacionales de la especialidad, los de PANLAR y algunos cursos regionales  y locales. También tienen una fuerte presencia importante los organizados por la industria, que a su vez es el principal patrocinador de todos estos eventos, en parte por ausencia sensible de otros posibles protagonistas como las universidades o el estado y también, hay que decirlo, por su mayor capacidad económica para respaldar este tipo de eventos.
 
 
Los eventos, diseñados según los intereses del patrocinador, constituyen para una parte importante de los médicos una ocasión de educación continuada, aunque no cuenten con créditos académicos y aunque su principal objetivo sea el de promover una marca u otros fines comerciales, como controlar el mensaje proporcionado al médico para que considere un medicamento en su prescripción. Esto no es per se cuestionable, mas la realidad es que son limitados los escenarios de amplia discusión de las diversas posiciones de la ciencia falible. A mi juicio, hay un exceso de actividades en nuestra especialidad que abusan de la denominación EMC. Por ejemplo, este año hay alrededor de 55 únicamente en Colombia, lo que equivale a más de una por semana.
 
 
Los eventos médicos se están transformando, tal como mencioné en una nota anterior. La revolución tecnológica, las tendencias en el consumo y formas de vida de los médicos de las nuevas generaciones influyen y seguirán influyendo aún más en los años venideros. Pronto será totalmente innecesario asistir a un evento para actualizarse. A su vez, las restricciones por temas de "compliance", que siguen explorando absurdos, la falta de tiempo de los profesionales, el retraso en la oportunidad de asistir pacientes a causa de los frecuentes permisos y el creciente lucro cesante asociado a la cantidad de ausencias laborales en escenarios de pago por servicio, entre otros factores, seguirán obligándonos a repensar cómo hacemos y cómo escogemos los eventos. Las conferencias y otros eventos de educación continua tendrán que ser más útiles e impactantes para lograr justificarse y alcanzar sus objetivos de asistencia y actualización. Sólo así podrán competir con ese otro tipo de EMC que por su propia razón de ser dista de ser equilibrado e imparcial.
 
 
Deberíamos  pensar un poco más la forma en que hacemos nuestra selección anual de este tipo de eventos y aprender a diferenciar aquellos con un fondo predominantemente comercial que buscan el compromiso afectivo y que proliferan sin control, justificados únicamente por nuestra respuesta positiva ante una invitación, por algún curioso sentido del compromiso o por la necesidad específica del patrocinador dispuesto a solventar la inversión necesaria para cumplir su meta. Al final del día este tipo de eventos dificultan el verdadero crecimiento de la especialidad y de cada una de nuestras sociedades científicas.
 
 
Estamos en mora de definir qué es una actividad de EMC e iniciar un programa de certificación basado en la asistencia a estos eventos dando una clasificación y categoría a cada evento de EMC de acuerdo a normas establecidas. También de conversar con las universidades y gobiernos y por supuesto con la industria, que hace posible la mayoría de eventos a nivel mundial, para llegar a acuerdos comunes y a una clasificación de estos eventos.  Es necesario un circuito de eventos de EMC de primer nivel que sin importar el patrocinador garanticen al asistente una formación apropiada y represente créditos en su camino a la excelencia.
 
 
No es necesario malgastar tanto dinero. Creo que una mejor definición y organización de la EMC y el apoyo sin reparos a las sociedades por encima de consideraciones puramente comerciales redundará en beneficios para todos.

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